8 Junio 2014 (Mirar, Acoger, Llenarse)

                               Hola buenos días hoy Israel nos lleva al Señor.

                               El viernes, como cada primer y tercer viernes de mes, tuvimos exposición del Santísimo. Me encanta cuando el sacerdote al exponer al Señor le comienza a incensar. Se llena todo como de una nube de olor a cielo. Es como si palpablemente todo se llenase de la presencia del Señor.

                               Este viernes, cuando me senté ese ratillo de adoración en mi sitio, me fijé (un poco despistada) que en las esquinas del techo más cercanas al Señor había unas telas de araña que comenzaban a ennegrecerse. Y me di cuenta de que era por el carbón que se utiliza para encender el incienso, porque ya nos había ocurrido antes en el oratorio del noviciado, que al ser más pequeño se nota mucho antes.

                                El Señor me regaló ver que cuanto más se le adora en nuestra capilla, más negras se ponen esas telarañas. Y aunque las limpies siempre vuelven a aparecer otras distintas. Pero lo realmente impresionante es que allí nadie las ve, nadie más que una despistadilla, porque el que reluce es el Señor.

                                Hoy me siento como nuestra capilla. Tantas veces se que estoy llena de tela de arañas que por muy transparente que sean uno siempre sabe que las tiene. Son pobrezas, esas cosas que parece que nos entorpecen, o que nos gustaría que fueran de otra forma.

                                 Pero la vida cambia cuando la vives en adoración. Cuando te pones a los pies del Señor y le dejas todo en sus manos. Porque así es cuando le incenso a Él, y no a mi misma, reconociendo que sólo Él es la verdadera Vida. Y cuanto más vives a dorándole a El, tus pobrezas son más visibles, porque ya no las quieres ocultar, ya no buscas guardar tu imagen, porque ya no miras tus esquinas y cada vez miras menos las de los demás, sólo ves que Cristo te llena, te inunda y que todo tiene sentido, incluso tus pobrezas, tus esquinas, porque eres amado.

                                  Hoy es el día de Pentecostés, en el que se realiza la efusión del Espíritu Santo.

                                  Y esto es lo que Cristo viene a hacer en ti y en mi, porque cuando está El en tu corazón, ya no te fijas en otra cosa. Ya sólo miras por esa felicidad que sólo Él te da, y, sí, te la da con todo lo tuyo y no a pesar de ello.

                                   Por eso el reto del Amor de hoy es mirar al Señor, acoger Su Amor dejarse llenar por Él. Tu solo adóraLe. ¡Feliz Pentecostés!

¡VIVE DE CRISTO!

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