Ayer nos llamó gente diciéndonos que nos les había llegado la invitación de la toma de hábito de Julia, la verdad que a todos los que tenemos dirección la hemos mandado y por si alguno no ha llegado ahora os voy a compartir su invitación. Así que si el 26 de Abril a las cinco de la Tarde el Señor te mueve el corazón a venir y hacer Iglesia con nosotras estas invitado.
Queridos amigos:
En el monasterio, pronto empezarán los preparativos: cada puntada de la túnica, del escapulario, del velo, las bolas entrelazadas del Rosario que llevaré en el cinturón… cada cosa hecha en oración con el cariño de la comunidad, ¡todo apunta a que va a ser un día muy especial!
Tanto preparativo no tiene sentido sin Jesús. Es Él quien me ha traído hasta aquí y a quién le quiero entregar todo. Así que antes de la fiesta pasaré unos días a solas con Él ¡Tengo muchas ganas! Orar, leer... pero, sobre todo, pasar ratos pegada al Sagrario, ahí esta Vivo ¡Unos días en el cielo!
Y empieza la ceremonia… La Madre Maestra, que es quién me está guiando en este nuevo camino, me llevará delante de la Madre Priora, me postraré y pediré ser recibida en el monasterio. Este gesto tiene mucha importancia porque tumbarse en el suelo con los brazos en cruz es una forma de decir a Jesús: "¡Aquí estoy para todo lo que quieras! Lleva tú las riendas de mi vida".
Como es una decisión libre, la Madre Priora me hará unas preguntas delante de todos vosotros para confirmar que quiero dar este paso tan importante. No sólo le responderé "Sí, quiero", también le diré que no quiero ni puedo caminar sola y que necesito la ayuda de Dios, pues Él me ha traído aquí ,y la de toda mi comunidad.
Me pondré de rodillas, me desborda el don de la vocación, me entregarán el habito y poco a poco me vestirán. Delante de todos me cortarán el pelo. Es un momento muy emotivo, porque la melena es símbolo de la belleza de la mujer y yo quiero que toda mi belleza sea para Jesús.
Una vez vestida con el hábito abrazaré a cada una de las hermanas de la comunidad. ¡En la fe no caminamos solos! También el Señor me regalará un nombre nuevo donde se verá reflejada la misión que Él quiere para mí.
Después se me ofrecerán dos coronas para que elija: una de rosas y otra de espinas. A las espinas no hay que tenerlas miedo, forman parte del camino para llegar a las Rosas: en Cristo está todo ya vencido, caminaré en Él.
Se me entregará una cruz para que la ponga en mi celda, cada día la miraré, daré gracias por todo lo vivido y dejaré en ella la mochila de la jornada para que Cristo la cargue y me la devuelva resucitada. Además se me dará un Rosario que llevaré siempre conmigo; María me acompaña, es mi maestra y modelo en la entrega.
Una vez terminada la ceremonia de la Toma de Hábito, habrá una Misa de acción de gracias. Cristo se hace presente en la Eucaristía: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Nuestra vida contemplativa es vivir en el corazón de la Iglesia. Ese día te sentirás parte de esta Gran Familia y, si no eres creyente, conocerás y tendrás la oportunidad de vivir una ceremonia rica en signos, significado y muy especial para mí.
Tenemos un Dios alegre, ¡muy alegre! Así que… habrá que celebrarlo, ¿no? ¡En el locutorio estaremos todas para compartir y seguir la fiesta juntos!
Ahora ya sabes lo que es una toma de habito, hoy el reto del amor es orar por Julia para que cada día viva mas enamorada de Cristo.
¡VIVE DE CRISTO!
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