Hoy el reto del Amor es quererte "trapito".
Muchas veces me gusta retar al Señor como ese niño que demanda la presencia de su padre: "que hoy te sienta","que te vea actuar","sorprendeme"... y lo hace siempre de la forma más insospechada.
El otro día, también lo hice y le pedí "sentirme abrazada por El", necesitaba sentirle cerca, a mi lado agarrandome. El día comenzó mal, siguió peor y acabó fatal. ¿qué si pasó algo? concreto y dramático nada. ¿sabes que pasó? que intenté ser perfecta, no caer en los errores del día anterior y... ¡no hay peor propósito! todo salió al revés.
Cuando buscas ser perfecto, no equivocarte, dar una imagen...ya el punto de partida es erróneo por que ¡es imposible alcanzar esa meta! Eres más consciente de que metes la pata una y otra vez, te sientes mal contigo mismo, te culpabilizas, no llegas al corazón de la gente por qué no te muestras tal cual eres, te comparas,ocultas tu pobreza, exiges y te exiges, no llegas a tus "propositos"....ufff acaba el día y...piensas ¿quién soy en realidad? Te asustas de ti mismo después tienes dos posiilidades: ponerte el proposito de mejorar en todo al siguiente día y a fuerza de codos agotarte y obtener los nefastos resultados ya experimentados o reirte, mirarte de frente, verte pobre y agarrarte a Cristo.
El sábado acabé como un trapito, rendida, agotada de mi, fui a la oración y el trapito se sintió abrazado, sintió que se le cogia con cariño y que cada mota de polvo de la que tanto se avergonzaba era besada y acariciada con cariño. Obtuve el abrazo que pedía pero para eso me tuve que descubrir y querer pobre, si no, no hubiese sido posible. Cristo, nos necesita " trapitos" para que podamos sentirnos Amados por El, para que podamos mirarle, para que le necesitemos. El que se sabe o se tiene por perfecto "se vale" por si sólo, se incapacita para ver a Cristo a su lado.
Hoy voy a meter un trapo donde guardo mis libros de la oración y ahí se va a quedar (no lo llevo en el bolsillo por que abulta mucho), lo miraré,me sentiré Feliz de identificarme con tan poca cosa y cuando venga creyéndome un diamante, miraré al trapito y recordaré que Cristo nos espera en nuestra pobreza. ¿cómo te sientes hoy? ¿cómo te has levantado? deja que El lleve cada mota de polvo, cada pelusa o pelusón que veas en ti, todo lo que te pesa, aquello que hace que veas el día como una cuesta empinada, déjate abrazar, no quieras ser perfecto. Hoy no vamos a tener miedo a ser trapitos y dejar que El nos convierta en diamantes.
¡VIVE DE CRISTO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario