Buenos días amigos, hoy el reto del Amor es que pienses si eres un privilegiado o un merecedor.
Una de las cosas que más caracteriza a mi padre es la forma de vivir la vida tan en positivo; vive muy agradecido pues, aunque ha pasado por enfermedades y pruebas muy duras todas las ha superado con soltura. Con los años está aprendiendo a dar importancia a lo que tiene, y a no dar importancia a lo que no la tiene. Y la última enfermedad le ha llevado a crecer en el amor y agradecimiento al Señor y a todos los que le queremos. Él no hace más que repetir: “es que soy un privilegiado, me siento un privilegiado por todo, tanta gente que conozco y que han rezado por mí, y como lo he superado todo, y la paz interior que tengo. Y es que yo no hago nada y vivo feliz, por eso soy un privilegiado”
Cuando le escucho, pienso que mi padre ha recibido un Don muy especial de poder vivir del privilegio y no del mérito.
Los niños saben muy bien la diferencia entre el mérito y el privilegio. El niño necesita la comida, el vestido, sus estudios y juegos y se lo piden a sus padres porque se saben amados y destinatarios de ese privilegio sin hacer nada, saben que por ser hijos no tienen que ganárselos. Lo reciben gratuitamente de sus padres, y los niños nunca cambiarían el privilegio por el mérito.
Mi padre vive en el privilegio de su Padre Dios, sabe que Dios le cuida y que no tiene que hacer nada, sólo vivir como hijo agradecido y cercano.
El reto de hoy solo es que te pares a pensar como ves a tu Padre Dios, si te exige o te regala gratuitamente. Recuerda lo que dice Jesús en san Mateo. Si alguno de vosotros le pide su hijo pan ¿le va a dar una piedra?...pues si vosotros que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que se lo piden?
Tu eres hijo de Dios, esa es tu identidad y tu privilegio, ¡aprovéchate!
Tu eres hijo de Dios, esa es tu identidad y tu privilegio, ¡aprovéchate!
¡VIVE DE CRISTO!
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