18 Marzo 2014 (No Lleves tu Peso mucho tiempo)

                                 Buenos días, hoy nos lleva al Señor Israel. Que pases un buen día.

                                 El reto de hoy es: “no lleves tu el peso mucho tiempo”.

                                 Ayer vivimos un día intenso. Nosotras trabajamos en cerámica, y ayer nos trajeron dos furgonetas cargadísimas de moldes, con los que se hace el barro artesanal. Son moldes de escayola o de exaduro, de todos los tamaños.

                                 Total, que ayer todas manos a la obra. Había que descargar la furgo, y acoplarlo en la sala del barro. Para ello metieron la furgo en la huerta y abrieron las ventanas de la sala del barro, que pega justo a esa entrada.

                                 Claramente había dos opciones: o coger un molde y llevarlo hasta la ventana, o hacer una cadena. Y enseguida nos dimos cuenta de que teníamos que trabajar en equipo. ¡Fue impresionante que bien nos complementó el Señor!, porque somos monjas de todas las edades, y claro, no todas podían coger grandes pesos.

                                 Decidimos hacer dos cadenas, una de pesos ligeros, y otra de más peso, de forma que una se metía en la furgo y desde ahí se lo pasaba a la de fuera. Esta repartía moldes a derecha o izquierda según el peso, y éstas a su vez a las siguientes, y así hasta llegar a la ventana, donde dentro se encontraban otras dos hermanas que los cogían y los iban colocando.

                                 Fue un rato precioso, que nos llevó a ver como disfrutamos todas juntas, y el regalo que nos hace el Señor poniéndonos personas con las que vivir cada acontecimiento de la vida.

                                 Muchas veces es uno mismo el que prefiere chuparse todo el peso. Pues si hubiéramos hecho como la primera opción, habríamos cargado peso en tramos muy largos, y uno solo. Mientras que al hacer cadena, no te movías del sitio y el peso, solo lo cargabas un momento.

                                 En el día a día es igual, puedes cargar tu con todo o decidir dejarte ayudar. Puedes seguir queriendo cargar con tus pesos más interiores y profundos, pero hoy Cristo te vuelve a decir: “entrégamelos a mí, que soy yo quien puede llevarlos”. Y te pondrá personas en tu día para que puedas hablar, compartir, y que te lleven a Él. Si experimentas el alivio de contar con los demás, te darás cuenta de que tu también eres alivio en el caminar de muchos. ¿Hacemos equipo?

¡VIVE DE CRISTO!

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