Ayer recibí una llamada por teléfono y la verdad eran miles de ¿ por ques? escuchaba y me daba cuenta del callejón sin salida que tenía la conversación, que la persona tenía que dar el salto de la fe. Muchas veces nos machacamos con: ¿Por qué esto? ¿Por qué lo otro? ¿y lo de más allá?... ¿Por qué quiero razonar todo? ¿por qué no doy paso a la fe que no entiende de razones?
Siempre hay un porqué... Estamos vivos y eso conlleva hacernos preguntas existenciales que a veces nos absorben hasta tal punto de no entender nada de nada.
Tú y yo somos así... nos preguntamos el porqué de todo lo que existe pero hay cosas que no tienen explicación.
¿Acaso se puede explicar el amor humano, el amor que Cristo hace crecer en tu corazón, que tu nunca te has provocado y que en cambio ha nacido y no se acaba? ¿el sentimiento de cariño y empatía que surge entre la persona que menos hubieras esperado? ¿Se puede explicar la entrega generosa que nos desgasta físicamente? ¿se entiende la fe? ¿se entiende la muerte o la vida?...
Hacernos preguntas es fundamental para vivir desde la verdad y coherencia pero no podemos vivir en un interrogante continuo porque en la vida no todo tiene explicación. Cristo no preguntó... simplemente amo hasta el extremo.
Cristo va ha permitir situaciones donde comprenderás muy poco, pero en el fondo de tu corazón tendrás paz y serás feliz. Nos cuesta mucho vivir sin tener el control de todo lo que pasa en nuestra vida y por eso surgen las preguntas.
Hoy el reto del amor es: no hagas preguntas, ORA Y AMA. Sí, mira a Cristo y dale la mano, empieza el día confiando que Él te ama y que te ocurra lo que te ocurra será lo mejor para ti. Y después de vivenciar su Amor, entonces con el amor de Cristo en tu corazón, AMA.
Te deseo que pases un feliz día.
¡VIVE DE CRISTO!
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