27 Marzo 2014 (El Ángel de la Guarda)

                               Hola buenos días hoy Sor Carmen nos lleva al Señor. Feliz día.

                               Buenos días, hoy el reto es que te dejes conducir por el ángel de la guarda.

                               Hace una semana, tuve que marchar de viaje, y ya unos días antes, empiezo a medir mis fuerzas, de cómo bajaré con la maleta hasta las MM. Carmelitas para pedir a D. Ángel su capellán que me acerque a Burgos, pues tengo que coger el tren, para ir hasta Valladolid, y… venga a dar vueltas en la cabeza, ¡cómo lo haré! ¡Por donde bajaré! Y empieza a funcionar todo en la mente, que parece una estación de ferrocarril.

                               Bueno, pues fui a la capilla, y le dije al Señor: “libérame de estos pensamientos que me quitan la paz y solo me dan preocupaciones”. Y allí decidí ponerlo en manos de mi ángel de la guarda, que él me cogiera la maleta, y me llevara por el camino que quisiera, estaba decidida a olvidarme de todo, hasta de mi salida del convento.

                               Bueno, pues llegó el día señalado, salí del convento maleta en mano, bolsa roja y bolso colgado al hombro, decidida a bajar cuesta abajo hasta las MM. Carmelitas, bajé un pequeño trecho y se para un coche y me dice: ¿Sor Carmen dónde vas? ¡¡Sube que te bajo para que no vayas cargada!! ¡¡Vaya parece que el ángel empieza a funcionar!!

                               Sale D. Ángel y casi sin darme cuenta, me coge la maleta, subo al coche, y me lleva a Burgos, y un taxi me subió a la estación, el taxista muy amable, me coge la maleta hasta la taquilla donde tenía que coger el billete… mi ángel seguía funcionando a su manera.

                               En la estación se me acerca una señora y me dice: Hermana que alegría verla con el hábito blanco, parece un “ángel” ¡cómo! ¿Estará viendo a mi ángel de la guarda? Yo no salía de mi asombro, esta señora hasta ahora desconocida se puso a contarme “sus cosas”, yo la di un rosario, que lo besó con gran devoción, todo un misterio del amor del Señor, que puso todo el día a mi lado el ángel, “para que me guardará en mis caminos”.

                              Al llegar el tren, se acercó un joven y me subió al tren todo mi equipaje, con lo cual seguí atónita ante semejante intervención. Otra pareja me bajó los paquetes al termino del viaje, y en el andén me estaba esperando un sobrino que rápido cargó con los bultos de su tía, y como si fuera en las alas de un águila me llevo a mi destino. Tú, ¿crees en tu ángel de la guarda?

                              Hoy te animo a que hagas la prueba, ya verás cómo experimentas su presencia y protección.

                              La verdad es que el Señor siempre nos da con creces lo que le pedimos, por tanto hoy será un día maravilloso, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones gratuitamente como un DON.

¡VIVE DE CRISTO!

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