EL HÁBITO.
Me impresiona mucho darme cuenta las veces que tengo un don y no lo disfruto suficientemente por no vivir consciente de que cada detalle de mi vida es un don .
Cuando veo que en otra persona se da , algo me sacude la cabeza y el corazón y me digo: ¡madre mía, si yo lo llevo disfrutando mucho tiempo!
Pero vamos al caso concreto: esta mañana al abrir la puerta de la Capilla, mientras salía entre los bancos, me he dado cuenta de mi hábito, de lo bonito que es y lo bien que me siento dentro de el, de lo que supone vestirlo: " signo de consagración" ; es como estar sobrevestida de gracia, marcada para ser toda de Cristo, constituida por la Iglesia para ser puente de oración intercesora entre Dios y los hombres, testigo de lo que será la Vida plena. Es cierto, forma parte tan esencial de mi persona, que está integrado y vas viviendo y, aunque muchas veces he sido muy consciente, al vestirme, de su importancia y significado, otras lo he llevado sin hacerme consciente; es curioso un detalle que, como aquí no hay espejos (y tampoco te paras a mirarte), pierdes un poco tu imagen visual y cuando te ves en los cristales del claustro o en un espejo eventual, te resultas sorprendida : "anda, esa soy yo" y me doy cuenta que hay una vida por dentro independiente de la imagen que tengamos o demos por fuera; sí que es cierto que somos una unidad, que la cara es el espejo del alma, sí, pero la cara sin la vida de dentro sería pura fachada. Yo he decidido mirarme en un espejo de vez en cuando para reconocerme entera , porque así me ama Cristo, con mi cara y mi tipo, con mi estatura y mi forma de andar, de reír, de comer, de cantar, de leer y escribir; porque esa es mi encarnación; porque El, para acercarse a salvarnos quiso tener un cuerpo, una cara, unos ojos y unas manos ... "igual que nosotros menos en el pecado" .
Me ha hecho bien descubrir que todo es importante y que toda mi humanidad queda revestida y transformada por el Amor de Cristo sobre mi.
El Reto de hoy es que miremos a los demás en su conjunto y en su realidad, sabiendo que Cristo está haciendo Su obra de Amor en cada uno.
¡VIVE DE CRISTO!
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