Como muchos sabéis, en el monasterio organizamos Jornadas Monásticas. Es un día en el que se permite vivir a la persona lo mismo que vivimos nosotras desde la hora de levantarnos (6 de la mañana) hasta cerrar el día con completas; Eucaristía, liturgia de las horas, Rosario...y los ratos en que las monjas trabajan se va al locutorio y se les habla de Cristo Vivo, no de complicadas teorías si no de un Cristo que actúa en tu día a día, dispuesto a cargar con todo aquello con lo que tu no puedes... todo apunta a que cada uno se vaya con un auténtico encuentro con Cristo, a que se vayan con la mochila vacía después de entregarle todo aquello que les pesa.
Las jornadas son para todo tipo de gente, aquí viene quien el Señor trae y nosotras somos meros instrumentos que le llevamos a El. Como otras veces este viernes esperábamos un grupo de jóvenes e imaginando que serían casi universitarios, empezaron a entrar en el locutorio y vimos que algunos de ellos no llegaban ni a los 14 años. Al salir del locutorio empezamos a dar mil ideas para que se les hiciese más llevadero: ponerles peli, cambiar horario, llamar a la chica que venía a dar testimonio por que quizás les iba a resultar complicado... pero no, finalmente lo dejamos en manos del Señor y seguimos con lo que siempre se hace con adultos, matrimonios y jóvenes mas mayores que ellos. Se levantaron a las 6, siguieron toda la liturgia, una hora de oración... Se les habló de Cristo, de vaciar la mochila, de entregarle todo lo que les pesa... uno miraba al techo, otro media los cuadros con palmos, otra se sentaba como un indio, otra dibujaba... ¿nos estarían escuchando? ¿Y si era muy complicado y denso todo? ¡Cuantas veces ponemos nuestros miedos por delante y no nos fiamos, de que el Señor lleva todo...! Pero si , si que estaban en este planeta y es impactante verles abrir los ojos cuando se ven reflejados en un problema, cuando sienten una herida en su pasado con algo que se está diciendo, verles romper a llorar al sentirse Amados, al sentir que alguien ora por ellos y que pueden empezar de nuevo.
Esos "pequeños" jóvenes no se diferencian en nada de ti y de mi, sufren, tienen heridas, saben poner palabras a lo que sienten a veces tendemos a huir o a no profundizar cuando se nos pone ese joven delante, esa persona complicada, ese niño, ese "rebelde"...
El reto del AMOR es que hoy, no intentes hacer mil mañas para hacerte accesible, salta tus miedos, métete en el corazón del que tienes cerca, hazte uno con el, ofrece autenticidad, habla de Felicidad, lleva a Cristo sin miedo, cura heridas, también necesitan descansar. Su corazón no es diferente al tuyo.
¡VIVE DE CRISTO!
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