Buenos días hoy vamos a descodificar nuestra mente en algo que no sea absoluto, me explico: todavía estoy en fase inicial de dominio del breviario, son distintos tomos que varían según el momento litúrgico del año en que nos encontremos. Pues bien...cada tomo es una aventura pues las lecturas van en un sitio, la liturgia de las horas en otro, horas intermedias en otro...y yo lo tenía perfectamente diferenciado con cintas de colores. Tirando de cada una sabía perfectamente dónde llegaba. Azul a lo del día, roja a lecturas...
El otro día, hubo cambio de tomo e hicieron por mi el trabajo de poner las cintas. Empezaron laúdes, tire de la azul y apareció el apartado de Santos y festividades, de la roja y apareció lo del día... ¡un auténtico jaleo! Desconcertada por la locura que suponía, empecé a estudiar cómo ponerlo según mi orden. Antes de hacerlo pensé ¿y por qué cambiarlo? ¿por qué no borro mi base de datos y me adapto a esta nueva? ¿es acaso trascendente el orden que yo me había marcado? Llevo una semana con ello y ya ni me acuerdo de los colores que yo tenía. Sé que lo que te estoy contando es simple, sencillo pero ¿con cuántas simplezas nos complicamos? ¿Cuántas cosas hacemos de una determinada manera y si algo cambia nos frustramos? Salir de nuestros esquemas, salir de lo que tenemos como absoluto sin serlo, dar la oportunidad de entrar y acoger las ideas del otro en nuestra cabeza nos posibilita para vivir del Amor y descubrir el Amor que hay detrás.
Hoy descodifica tu mente, quita "absolutos " que no lo son y ábrete a los demás, a acoger alternativas y con ello abrirte al hermano. Siéntate en la comida en un sitio diferente, cambia de calle para ir al trabajo, admira esa idea que ha tenido tu compañero de trabajo y ¿Absoluto? Cristo, lo demás... ¡caben infinitas posibilidades! Descodifícate.
¡VIVE DE CRISTO!
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