¡Buenos días! El día 1 empezamos el día adorando al Niño, una a una nos postrábamos ante El presentándole todo lo que teníamos en el corazón, después le dimos un beso y le dejamos una bolsa de dulces como pequeña ofrenda mientras las monjas cantaban alegres villancicos. Es un momento muy bonito vivido en comunidad. Cuando nos postramos ante el Niño lo hacemos en venia e imagino que te preguntarás qué es eso. Supone recostarse sobre el lado izquierdo de nuestro cuerpo, con la cabeza inclinada hacia abajo. Es signo de adoración, de decirle a Jesús que quieres que sea el Señor de tu vida. Claro, no sé cómo tendrás tu bolsillo pero el mío es un auténtico baúl de recuerdos y tuve que vaciarlo antes del solemne acto de adoración para no clavarme cada cosa que contenía y al hacerlo me entró la risa : un palo de chupa chups, un boli, papeles, una cruz... cuando acabamos, miré en la sillería y vi los restos del bolsillo de otra ¡no te imaginas todo lo que se puede saber mirando lo que hay en su bolsillo!: los caramelos que le gustan, los sitios por dónde ha pasado, los teléfonos apuntados...pero entre todo sobresalía un Rosario y una cruz.
Nuestra vida, de alguna manera va en el bolsillo. Me impactó verlo y es que es meter a Cristo en tu vida. ¿Tú le llevas? mete la mano en el bolsillo o en el bolso ¿te puedes agarrar a El, le puedes mirar de vez en cuando, puedes sacar algo Suyo y entregárselo a alguien que lo necesite?
El reto de hoy es meter a Cristo en tu bolsillo de alguna manera (crucifijo, Rosario, figurita del Niño...) y llevarle a todos los sitios, hacerle presente en tu bolsillo, que al meter la mano te encuentres con El y le puedas hablar de lo que tienes entre manos, que te ayude a mirarle continuamente.
¡VIVE DE CRISTO!
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